Négrida
Me vuelco a ti porque te atreves a romper con la parsimonia de los cuentos que nos aburren –no hay finales que a uno lo sacudan-. En ese momento propones. Cruzamos las miradas y aceptamos que lo accesorio se convierte en el único propósito que importa. Entonces dibujas: te elevas, me llamas, me hundes, me jalas y desde arriba me sueltas, te escondes, vuelas, te sumerges y lo callas todo. Y todo lo haces ahí: soñándome impávida. Mientras juegas a mentirme, yo me embriago. Me nublas con esas sonrisas que no parecen sonrisas, que se te escapan o que juegas a que se te escapen. Me vuelves a engañar. Pero yo te sigo feliz, ebrio de engaños. ¿Acaso puede tratarse de algo más este juego?
El mundo entero avanza, pero desde nuestro vagón no se pude distinguir en qué dirección nos empujan. No importa, el mundo es demasiado relevante para nosotros y lo sabemos. Yo atino a cerrar los ojos, se acerca el final. Esta vez nos sacudirá de seguro. Los cierro y el vagón se detiene, se acerca una imagen. Te veo a ti sumergiéndote conmigo: Négrida.
2 comentarios:
á
úññ
íñññáóú
óñóíúíá
Blánquimo
Volcada a ti reescribo el cuento una y otra vez. Propongo un nuevo texto, finales diferentes. Tú aceptas mi propuesta mientras disfruta de mi evocador sueño. Provocador te tiñes de todos los colores para hacerme dibujar sobre tu cuerpo un nuevo final que nos sacuda. Te elevo, te llamo, te hundo, te jalo y desde arriba caes sumergido en mi silencio. Lo callo todo.
Embriagado juegas al peligro. Te entregas al riesgo de estar cerca, sonreímos juntos, despertamos entre sueños. Sonrientes, sin sonrisas. Engañados, sin engaños. Porque la verdadera fe de nuestras emociones está en ese interior secreto y compartido. Sólo tú y yo lo sabemos.
El vagón rosa con asientos azules avanza sin retroceder. El mundo ya no importa. Sueño en que el final se acerca. Cierro los ojos, los cerramos. Nos sacudimos ambos en el estertor de una pasión desenfrenada. Un vaso vacío se levanta hacia la mesa. Tú y yo, sumergidos en aquel río, prohibido, encantador y fascinante: Blánquimo.
Publicar un comentario